¡Feliz Navidad!

Ahora que los niños duermen sus sueños de cristal,
ahora que los mayores se despiertan para pisar su sombra,
te hablo a Ti, Señor de la tierra y el mar.

Quiero decirte que te quiero,
que tu Navidad no cabe en nuestras casas,
que Tú eres ya nuestro, Señor de la paz y las tormentas.

Ahora que los niños duermen quiero aclararte algunas cosas
a Ti que duermes en el azul de todas las claridades:
tuyos son nuestros hijos los blancos,
nuestros hijos los negros,
nuestros hijos los ricos, nuestros hijos los pobres,
los mansos y dulces, los inquietos y rebeldes…

Hoy quisiera acercarte al Portal
el cariño que profeso
a todos los hombres y mujeres del mundo:
a los humildes y sencillos, a los más egoístas,
a los más solidarios y generosos…

Quiero vivir de pie tu Pascua, ahora que la ciudad descansa,
ahora que cada estrella es un misterio de dolor,
ahora que un cartero recoge los mejores mensajes de la tierra.

Quiero dejar en tu almohada la última risa,
la primera palabra de aquel niño verde
que duerme con su madre su primera página…
Quiero… ¡sueños, besos, villancicos, palabras!

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