“Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del Padre. Esto implica ser el fermento de Dios en medio de la humanidad. Quiere decir anunciar y llevar la salvación de Dios en este mundo nuestro, que a menudo se pierde, necesitado de tener respuestas que alienten, que den esperanza, que den nuevo vigor en el camino. La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio”.
(Papa Francisco «La Alegría del Evangelio – Evangelii Gaudium», nº 114)
La Parroquia de Santa Irene está situada en el distrito de Puente de Vallecas, en la zona de Palomeras Sureste. Forma parte, con otras parroquias vecinas, del arciprestazgo del «Dulce Nombre de María», que pertenece a la Vicaría IV de la Archidiócesis de Madrid.
Las familias y personas que pertenecen territorialmente a la parroquia y que son invitadas especialmente a pertenecer y participar en la comunidad parroquial son las que podéis ver en este mapa. Evidentemente, es una comunidad abierta.
En la Asamblea de junio de 201 -de revisión y de propuesta para el futuro- el equipo coordinador de la misma nos proponía un texto de reflexión sobre «la parroquia que queremos»:
«Queremos una Parroquia donde Dios nunca deje de ser un misterio, el Inefable; donde nadie pretenda tenerlo encerrado dentro de ningún dogma o concepto humano; donde todos puedan acercarse a él con auténtica libertad compartiendo sus experiencias sin miedo a ser ridiculizados ni menospreciados, por muy diferentes que estas puedan resultar. Una Parroquia donde Dios pueda ser identificado como una Presencia de Amor, de Compasión, de Libertad, de Justicia y de Verdad, donde cada uno pueda sentirse plenamente aceptado como persona; y donde todos anhelen aceptar plenamente a los demás como personas.
Queremos una Parroquia donde Jesús de Nazaret sea el principal criterio de fe y de pensamiento, el referente indiscutible de vida, el modelo a seguir; una Parroquia donde se respiren y compartan los valores del Maestro y su compromiso por una nueva humanidad; una Parroquia donde se encarne este Evangelio en medio de nuestra sociedad.
Queremos una Parroquia donde todos puedan tener su lugar de encuentro, su rincón de reflexión, su espacio de solidaridad, su terreno de aceptación; donde cada uno pueda compartir con libertad las experiencias de su fe y las conclusiones de sus pensamientos; y donde todos puedan participar en un intento conjunto para descubrir la Voz de Jesús y donde todos sus miembros abran sus brazos en actitud de bienvenida a todo aquel que desee formar parte de la comunidad, sin discriminación alguna de sexo, estado, etnia, inclinación o cultura. Donde cualquier dogmatismo estricto e impositivo se vea desplazado hacia la pluralidad y aceptación que pueden encontrarse en el testimonio de Jesús.
Queremos una Parroquia que les pueda ser de estímulo a hombres y mujeres de nuestro; que nos traduzca con fidelidad aquello que fundamentó la fe en los tiempos y en la cultura de los apóstoles, para que sirva también de fundamento en nuestros tiempos y en nuestras culturas. que fomente la hermandad con todas aquellas personas u organizaciones que caminen tras los pasos de Jesús, o que trabajen por un mundo mejor, más justo y más igualitario».