VIGILIA PASCUAL -VIDEOCONFERENCIA-

SÁBADO SANTO. VIGILIA PASCUAL:  A LAS 20:15
0TTPS://US04WEB.ZOOM.US/J/782187270
Si quieres ver el horario completo de nuestra SEMANA SANTA 2020  o cómo conectarte y participar en nuestras celebraciones, PINCHA AQUÍ

 

ESQUEMA DE LA CELEBRACIÓN  

VIGILIA PASCUAL  -2020-

La respuesta a tus preguntas 

Algunas cosas para preparar antes de la celebración

Liturgia del Fuego 

 

* Nos damos los buenos días y vamos saludando a las casas que vayan entrando en esta «iglesia virtual» de Santa Irene.

* Neme y Sole nos ayudan a celebrar la liturgia del fuego.

Tenemos preparas las velas
Realizamos el gesto del fuego y su bendición

Centinela:
Fue en la noche más larga de todas, la noche de los tiempos, cuando el Espíritu de Dios se cernía sobre los abismos de la nada y el vacío. Fue al final de esa noche, cuando Dios dijo: “Haya Luz”. Y hubo luz para que Dios realizara toda su espléndida obra creadora.

Canto: ¿Qué ves en la noche, dinos centinela? (Bis)

Centinela:
Fue en la noche clara, cuando Dios hizo salir de su tienda a Abraham a tomar el fresco y le dijo cariñosamente: “Mira el cielo, ¿a que no puedes contar las estrellas que ves? Pues así será tu descendencia. “Y, aún hoy, todos los creyentes llamamos padre a Abraham.

Canto: ¿Qué ves en la noche, dinos centinela? (Bis)

Centinela:
En una noche cerrada y oscura, como boca de lobo, Jacob luchó a tientas contra el ángel del Señor, creyendo que se trataba de un enemigo. Ya cercana el alba, Jacob pudo reconocerlo, y consiguió su bendición. El ángel del señor lo llamó Israel, y le prometió ser el fundador del pueblo elegido.

Canto: ¿Qué ves en la noche, dinos centinela? (Bis)

Centinela:
En una noche de luna llena, en medio de prisas y confusión, el pueblo de Israel escapó de la esclavitud de Egipto; y, guiado por Moisés, cruzó el Mar Rojo. En esa misma noche, el Señor castigó el orgullo egipcio. Fue la mayor proeza salvadora de Dios que el pueblo elegido recordará.

Canto: ¿Qué ves en la noche, dinos centinela? (Bis)

Centinela:
Fue en una noche clara, con una estrella que apuntaba a Belén y unos pastores al raso, desvelados por un acontecimiento singular: “Os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.
Canto: ¿Qué ves en la noche, dinos centinela? (Bis)
Centinela:
La noche de la muerte de Jesús. Una cruz vacía y desnuda, su testigo. Un sepulcro cerrado, su sello. Y un grito desgarrador en la noche: “Dios mío, ¿por qué?”.

Canto: ¿Qué ves en la noche, dinos centinela? (Bis)

Sacerdote:
Hermanos, ¡ésta es la noche santa! La noche en que nuestro Señor Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida. La Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo a que se reúnan a velar en oración. Si recordamos así la Pascua del Señor, oyendo su Palabra y celebrando sus misterios, podremos esperar tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con él siempre en Dios.

 

Lector: Monición del fuego:

Al fuego siempre se le ha visto como una fuerza de la naturaleza que da vida al hombre. En el Antiguo Testamento, el fuego, en forma de columna, marcó la presencia de Dios en medio de su pueblo para que no se perdieran durante su camino nocturno en el desierto.
Cristo, por medio del fuego renovador, nos asegura su presencia en esta noche que iniciamos en la oscuridad y que terminaremos en resplandeciente aurora. Cuando veamos el cirio encendido, alumbrando esta noche con el fuego nuevo, nos alegraremos porque sentiremos que Jesús está con nosotros, y porque podremos transmitirnos, de uno a otro, su luz, su fuerza y su calor.

Bendición de fuego
Padre, que por medio de tu Hijo has dado a tus fieles el fuego de tu luz,
santifica este fuego, y concédenos celebrar estas fiestas pascuales
Manda tu fuerza purificadora sobre este fuego.
Que queme nuestro vivir falso, individualista y insolidario.
Que nuestro corazón anide deseos de vivir tu amor siempre cercano y solidario.
Y que podamos llegar con corazón limpio
a las fiestas de la eterna luz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.

Bendición del Cirio Pascual
1. Cristo ayer y hoy, (Graba el trazo vertical de la cruz.)
2. principio y fin, (Graba el trazo horizontal.)
3. alfa (Graba la letra Alfa sobre el trazo vertical.)
4. y omega. (Graba la letra Omega debajo del trazo vertical.)
5. Suyo es el tiempo (Graba el primer número del año en curso en el ángulo izquierdo superior de la cruz.)
6. y la eternidad. (Graba el segundo número del año en curso en el ángulo derecho superior de la cruz.)
7. A él la gloria y el poder, (Graba el tercer número del año en curso en el ángulo izquierdo inferior de la cruz.)
8. por los siglos de los siglos. Amén. (Graba el cuarto número del año en curso en el ángulo derecho inferior de la cruz.)

Encendemos las velas

Pregón Pascual
Hermanos, hermanas, cristianos aquí presentes,
vigías que avizoráis la oscuridad y las tinieblas de la opresión y la guerra,
de las pateras a la deriva,
de los campos de refugiados,
de las desigualdades y la emigración, del odio y la mentira,
los sin techo y desahuciados,
de los parados y explotados, de la violencia de género,
del miedo, la soledad y el fracaso,
del alcohol, las drogas y los sueños rotos, de las pesadillas y fracasos,
de la noche del dolor, los lloros y la muerte…

Amigos y amigas, compañeros de vigilia, no os sintáis abrumados, no echéis a correr
ni apaguéis vuestras luces,
no abandonéis vuestro puesto de adelantado, no os durmáis,
no miréis a otro lado, no desfallezcáis; permaneced despiertos
y mantened todos vuestros sentidos atentos…
¡Esta noche va a poner fin a todas vuestras noches!

Esta noche, en la que hacemos memoria de las maravillas y prodigios de Dios
en nuestra tierra e historia,
sigue siendo noche maravillosa y prodigiosa, digna de fiesta, cantos y danzas
porque anuncia, y en ella sentimos, al sol sin ocaso,
a la luz sin tinieblas, al árbol florecido,
al fuego que abrasa,
al agua que nos quita la sed.

Hermanos, hermanas,
creyentes con esperanza renovada:
aquí llega. Pongámonos en pie, miremos al horizonte y caminemos.
Desprendámonos de la mediocridad y la vida holgada, de la estrechez y de la conformidad,
de los complejos, el miedo y la cobardía.
¡Resucitó Cristo, nuestra esperanza!
¡Él sigue vivo y dándonos vida!
¡Él pasa a nuestro lado llenándolo todo con su fragancia y vistiéndolo con su hermosura!
¡Aleluya, el Señor, Jesús Nazareno, nuestro amigo, maestro y hermano, camina a nuestro lado
abriéndonos las sendas de su reinado!
¡La creación entera se alegra y goza, canta y danza! ¡Aleluya!

Oración – colecta

Padre nuestro, que iluminas esta noche
con la luz de Jesús resucitado,
aviva en todos nosotros la llama de tu Espíritu
para que vivamos como hijos tuyos,
en alegría y libertad, siempre al servicio de un mundo nuevo.
Así lo confiamos en el Espíritu de Jesús
que vive ya con nosotros por los siglos de los siglos.

Liturgia de la Palabra

Narrador 1:
De vez en cuando necesitamos recordar las raíces que nos descubren de dónde venimos y hacia donde nos dirigimos. En nuestros hogares, las familias se reúnen, hablan y recuerdan su pasado, su historia. Así entienden su presente. Recordemos brevemente, alrededor de esta mesa, la historia que nos une como cristianos, a través de la Palabra de Dios contenida en la Biblia, una historia de salvación y liberación. Comenzamos desde el principio:

Narrador 2:
Dios crea, muchas cosas. Crea cielos y tierra, mares y plantas, peces y aves. Pero cuando Dios se siente más a gusto es creando al hombre y a la mujer, haciéndolos a su imagen, comunicándoles su vida, lo que él es, y dándoles poder sobre toda la creación. Brevemente lo relata así el texto del Libro del Génesis:

Lector:
“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles. Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Narrador 1:
Pronto, sin embargo, aparecen los egoísmos y pasiones, las luchas y traiciones. Pronto el pecado rompe esa maravillosa armonía entre Dios y el hombre, de los hombres entre sí, y del hombre con la naturaleza, echando por tierra el plan maravilloso de Dios. Dos relatos nos recuerdan esta triste historia de pecado. Comenzamos con el de Adán y Eva:

Lector:
Entonces la mujer cayó en la cuenta de que el árbol tentaba el apetito, era una delicia de ver y deseable para tener acierto. Cogió fruta del árbol, comió y se la alargó a su marido, que comió con ella.
Se les abrieron los ojos a los dos, y descubrieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Oyeron al Señor Dios, que se paseaba por el jardín tomando el fresco. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín, para que el Señor Dios no los viera.

Narrador 2:
La segunda historia triste de pecado que traemos a la memoria es la lucha entre hermanos; mejor, el abuso de un hermano sobre otro.

Lector:
Y cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. El Señor dijo a Caín:
– ¿Dónde está Abel, tu hermano? Respondió:
– No sé. ¿Soy yo el guardián de mi hermano?

Narrador 1:
El plan de Dios quedó prematuramente machacado, destrozado. ¿Tiene alguna salida esta humanidad rota? Claro que la tiene. Dios va a empezar de nuevo. Va a escoger a un hombre, a Abraham, y le va a proponer ser nuevo Padre de una nueva humanidad, de un nuevo pueblo. Eso sí, le va a exigir una confianza total y absoluta, un amor total por encima incluso de su hijo único, Isaac. Le va a probar y, en caso de ser fiel, hará pacto con él y su gente.

Lector:
El Señor dijo a Abraham:
– Sal de tu tierra nativa, y de la casa de tu padre,
a la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo,
te bendeciré, haré famoso tu nombre, y servirá de bendición. (…)
– Por haber obrado así, por no haberte reservado a tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa.

Narrador 2:
Con la marcha a Egipto, siguiendo la llamada de Dios, que en sueños habla a Jacob, comienza otra etapa muy importante de este amado pueblo de Dios. Les promete ir con ellos y convertirlos en un pueblo numeroso. Pero las cosas no marcharon bien, los egipcios les tienen miedo:
Una vez más surge la mano poderosa de Dios en favor de su pueblo. Quiere arrancarle de la opresión y servidumbre de Egipto y llevarle a la libertad. Para esta nueva tarea ha escogido un caudillo, Moisés.

Lector:
El Señor le dijo a Moisés:
– He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Y he bajado a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel, (…) El clamor de los israelitas ha llegado a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios. Y ahora, anda, que te envío al Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas.

Narrador 1:
¿Bonito gesto de Dios, verdad?: “Yo estoy contigo”. Es decir que Dios se compromete y se embarca en la tarea de hacer salir a los israelitas de Egipto. Merece la pena volver una vez más al libro sagrado. Estamos en el libro del Éxodo: es un relato épico, un poema heroico:

Lector:
Cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: ¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas. Hizo enganchar un carro y tomó consigo sus tropas: seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales.
El Señor dijo a Moisés:
– ¿Por qué me gritas? Di a los israelitas que avancen. Tú alza el bastón y extiende la mano sobre el mar y se abrirá en dos, de modo que los israelitas puedan atravesarlo a pie enjuto.

Narrador 2:
Pero esta victoria no puede quedar en palabras. Dios hace una maravillosa oferta a este pueblo. Llama a Moisés al monte Sinaí y le dice:

Lector:
Habla así a la casa de Jacob, diles a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto lo que hice a los egipcios, os llevé en alas de águila y os traje a mí; por tanto, si queréis obedecerme y guardar mi alianza, entre todos los pueblos seréis mi propiedad, porque es mía toda la tierra. Seréis mi pueblo.

Narrador 1:
¿Lo hicieron? ¡Qué va! Mientras que Dios fue siempre fiel con ellos, el pueblo, por su parte, se prostituyó de mil formas, desconfió del Señor: ¿Por qué nos ha traído el Señor a esta tierra para que caigamos a espada? ¿No es mejor volvernos a Egipto? Lucharon las tribus entre sí, hermano contra hermano. Adoraron el becerro de oro, rindieron culto a dioses falsos, dioses extranjeros de los pueblos vecinos. Pero Dios no se cansa, es fiel, y, a través de los profetas, llama a la reconciliación a su pueblo, le invita a restablecer la alianza, a sentirse seguro de nuevo junto a Él. Leemos al profeta Isaías:

Lector:
Como mujer abandonada y abatida, te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de juventud, repudiada -dice tu Dios- Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré. En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro, pero con misericordia eterna te quiero -dice el Señor, tu redentor-. Me sucede como en tiempo de Noé: Juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; así juro no airarme contra ti ni amenazarte.
Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no se retirará de ti mi misericordia ni mi alianza de paz vacilará -dice el Señor, que te quiere-.

CANTO DEL GLORIA

Oración colecta. Sacerdote
En esta noche, Padre, en que la vida brota de la muerte e ilumina las sombras de nuestro mundo con una renovada esperanza, queremos que permanezca dentro de nosotros la llama de una vida nueva, resucitados con el Resucitado, capaces de anunciar con obras y palabras la alegría del Evangelio. Así lo confiamos en el Espíritu de Jesús que vive ya con nosotros por los siglos de los siglos

Narrador 2:
Bueno, vale, todo esto es muy interesante, es maravilloso. Pero claro, en teoría; porque yo me pregunto: ¿Existe un Dios así? ¿Es que todo esto se ha realizado alguna vez? ¿Es que se ha cumplido este perdón y esta alianza? ¿Se ha restablecido de forma definitiva la amistad entre Dios y el hombre? Pues sí. Gracias a Jesús de Nazaret, todo esto es más cierto que el vernos aquí ahora reunidos. Escuchamos a Pablo en la carta a los Romanos:

Lector:
¿Habéis olvidado que a todos nosotros, al bautizarnos vinculándonos al Mesías Jesús, nos bautizaron vinculándonos a su muerte? Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; en cambio, su vivir es un vivir para Dios. Pues lo mismo: vosotros teneos por muertos al pecado y vivos para Dios, mediante el Mesías Jesús.

Narrador 1:
Falta, para terminar este sencillo resumen de la historia de la salvación el relato de la resurrección de Jesús. Lo necesitamos, hermanos, para asegurar nuestra esperanza, para afianzar nuestra fe, para que nunca perdamos la ilusión de un mundo nuevo y mejor, para que nos sintamos firmes en el camino de la fraternidad y de la justicia ya iniciado. Vamos a escucharlo con solemnidad poniéndonos de pie y cantando antes.

CANTO DEL ALELUYA

Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 1-10

En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres:
– «Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado.
No está aquí: Ha resucitado, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis». Mirad, os lo he anunciado.
Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro: impresionadas y llenas de alegría corrieron a anunciarlo a sus discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
– «Alegraos».
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo:
– «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Palabra del Señor.

Momento personal y de compartir

Puede servir para este momento el presentar el símbolo que he elegido para expresar qué significa para mi la resurrección y la Vida.

También puede servir el que comentemos cómo la Pascua vivida con Jesús ha podido ser una respuesta nuestros interrogantes

 

Liturgia del agua – Liturgia bautismal

  • Ángeles nos ayuda a celebrar la liturgia del fuego.

Monición previa a la liturgia bautismal

Así como el fuego hemos visto, que es luz y calor que nos reúne, el agua, nos limpia, y sacia nuestra sed.

Gracias al agua crecen las plantas se llenan los océanos, los ríos y el mar nos deleitan, y disfrutamos de la naturaleza.

Tenemos sed de libertad, de justicia de solidaridad, de ternura de perdón… Pidamos a Jesús que igual que la samaritana nos de su agua que sacie siempre nuestra sed.

Bendición del agua
Dios Padre, que te sirves de tu criatura, nuestra hermana agua, para significar la vida nueva y la limpieza de quienes quieren seguir los pasos de Jesús.
Dios Amor, que eres la fuente y el principio de la vida, dígnate bendecir + esta agua para que ella realice en nosotros lo que significa: una vida nueva, como la de Jesús, limpia, justa y fraterna. Amén

Letanías

En este camino hacia la Pascua de Jesús, no estamos solos, hay muchas personas que nos han precedido, y otras que caminan a nuestro lado, para ayudarnos a ser consecuentes, en nuestra tarea diaria.

Hoy, en vez de responder, las escuchamos

  • María, madre de Jesús, comprensiva, consecuente fiel a Dios
  • José, hombre justo, trabajador, que cuidó con esmero y cariño a Jesús y a María, aún sin entender lo que Dios le pedía.
  • Pedro, que negó a Jesús, pero que se entregó en cuerpo y alma al servicio de predicar todo lo que había aprendido de Él
  • Santa Irene, que das nombre a nuestra Parroquia y tu nombre significa paz. Ayúdanos a ser fieles al evangelio y a luchar por los más necesitados. Que seamos fieles a nuestras señas de identidad.
  • Nuestros padres, abnegados, trabajadores, luchadores incansables, siempre dispuestas a dar su la vida.
  • Las personas obligadas a vivir la soledad, y la pobreza.
  • El personal sanitario que, durante esta triste y dolorosa pandemia, han entregado su vida por salvar la vida de los otros.
  • Los emigrantes que se ven obligados a dejar sus pueblos, su familia para buscar un futuro mejor y muchas veces se encuentran con la muerte y el abandono.
  • Los amigos, los vecinos, los compañeros que se ponen en nuestro lugar, para compartir ayuda, sonrisas, alegría, fracasos.
    Que nos ayudan a no quedarnos en el camino.
  • Y una lista interminable de santos que a lo mejor no están en los altares pero que desde su anonimato, caminan al lado del que más lo necesita.

Libremente podemos añadir a los santos que queramos .

Renovación de las promesas bautismales

Las personas, tenemos muchos “altos y bajos” prometemos cosas y acciones, pero a lo largo del camino desertamos, perdemos fuerzas y nos olvidamos de nuestras promesas.

Hoy celebrando juntos la Pascua de Jesús, queremos renovar las promesas de nuestro bautismo, de nuestra incorporación a la comunidad de los que creemos en Jesús, y queremos seguir sus pasos

• ¿Renunciamos al egoísmo, al deseo de poseer sin necesidad, a la indiferencia ante el dolor de los que tenemos cerca de nosotros?
– Sí renunciamos.

• ¿Renunciamos a la critica que destruye, a creernos más que los demás, a pensar que todo lo hacemos bien y que son los otros los que se equivocan?
– Sí, renunciamos

• ¿Renunciamos a todo aquello que deshumaniza al ser humano, y va destruyendo la naturaleza??
– Sí, renunciamos

• ¿Renunciamos a trabajar por hacer que la Iglesia, se renueve, sea más consecuente, con el evangelio, y no se aferre a ritos y normas a veces sin sentido?
-Sí, renunciamos

• ¿Creemos en el Dios de Jesús, que es Padre y Madre, compasivo, tierno, incluyente, Dios de paz, solidaridad, reconciliación y justicia?
– Sí, creemos.

• ¿Creemos en Jesús, nuestro hermano, amigo de sus amigos, consecuente con su amor al Padre que camina con nosotros?
– Sí, creemos.
• ¿Creemos en la fuerza del Espíritu de Dios que ha sido derramado sobre toda la humanidad, para salvada, y podamos colaborar en este proceso?
– Sí, creemos.

• ¿Creemos en la fuerza de la comunidad cristiana, en el pueblo de Dios, que camina junto con Jesús, para vivir como hermanos?
– Sí, creemos.

Esta es nuestra fe. La fe de cuantos creemos que Jesús vive en medio de nosotros, la fe de los que somos compañeros de camino. Hoy estamos contentos porque la podemos proclamar todos juntos.

CANCIÓN: ¿El agua del Señor; ¿Agua lávame…?

Oración ofertorio

En tus manos, Padre, ponemos nuestras pequeñas vidas,
pequeñas como el pan y como el vino,
para que Tú las sigas transformando, por Jesús resucitado,
en fuente solidaridad, de paz y de justicia en nuestro mundo.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la comunión 

Gracias, Padre, por esta noche de luz y de alegría.
Que el Espíritu de Cristo resucitado inunde
los corazones de todas las personas
en ansias de una nueva y fraterna humanidad, en justicia y en paz.
Así lo confiamos en el Espíritu de Jesús
que vive ya con nosotros por los siglos de los siglos.

 

 

Comentarios cerrados.